Los petreles de tormenta son aves marinas de la familia Hydrobatidae, parte del orden Procellariiformes.
Los marineros llamaron a los petreles de las tormentas ‘gallinas de la madre Carey’ durante mucho tiempo.
Estas aves marinas más pequeñas se alimentan de crustáceos planctónicos y peces pequeños recogidos de la superficie, generalmente mientras están suspendidos. El vuelo revolotea y, a veces, parece un murciélago.
Los petreles de tormenta tienen una distribución cosmopolita y se encuentran en todos los océanos. Son estrictamente pelágicos y solo llegan a la tierra cuando se reproducen. En el caso de la mayoría de las especies, se sabe poco sobre su comportamiento y distribución en el mar, donde pueden ser difíciles de encontrar y más difíciles de identificar. Los petreles de tormenta son anidadores coloniales, que muestran una fuerte filopatría (la tendencia de un animal migrante a regresar a un lugar específico para reproducirse o alimentarse) a sus colonias natales y sitios de anidación.
Los petreles de tormenta anidan en grietas o madrigueras y todas las especies, excepto una, asisten a las colonias de reproducción durante la noche. Las parejas forman vínculos monógamos a largo plazo (teniendo solo una pareja en una relación) y comparten las tareas de incubación y alimentación de los polluelos. Como muchas especies de aves marinas, la anidación es muy prolongada, la incubación tarda hasta 50 días y empluma otros 70 días después de eso.
En Galápagos, hay tres especies residentes:
White-ventilación Petrel (Oceanites gracilis)
rumped-Band Petrel (Oceanodroma Castro)
Cuña-Rumped Petrel (tethys Oceanodroma)
De las tres especies, las ‘Oceanitas’ son la forma del sur, mientras que las ‘Oceanodroma’ son la forma del norte. Tanto el petrel de tormenta de ventilación blanca como el petrel de tormenta de rabadilla de cuña son subespecies endémicas de Galápagos. Otras especies de petreles de tormenta se han reportado ocasionalmente como vagabundos.
El Oceanodroma tiene un sitio de reproducción muy conocido en Galápagos. Esta es la escalera del príncipe Felipe en la isla de Genovesa. En este sitio, las aves anidan en tubos de lava y vuelan de un lado a otro como enjambres de insectos,
Varias especies de petreles de tormenta están amenazadas por las actividades humanas. Se cree que una especie, el petrel de Guadalupe se extinguió, otra especie presuntamente extinta fue redescubierta en 2003. Las principales amenazas son las especies introducidas en su colonia reproductora. Muchos petreles de tormenta anidan habitualmente en islas aisladas libres de mamíferos y no pueden hacer frente a depredadores como ratas y gatos salvajes.